No sé por qué, la verdad, pero cada vez que cogía el coche camino de Peñas de Aia me detenía en la carretera a la altura de este caserío de Oiartzun.
Este acto lo he repetido mas de quince veces.
Me bajo del coche, busco un lugar desde donde poder fotografiarlo y después de un rato monto en el coche sin conseguirlo.
Hasta que en esta ocasión la tala de varios árboles me ha permitido fotografiarlo finalmente.
Procesando la foto la he "visto" en blanco y negro y con ese toque aparente de dibujo al carboncillo sin que haya aplicado ningún filtro de ese estilo.
Esa misma sensacion tengo yo al pasar por ciertos sitios. Y en varias ocasiones, incluso, pasar con una luz especial, o un ambiente especial. Pero nunca conseguir el punto de vista ideal. Sitios recurrentes al que volvemos una y otra vez, y seguro que volveremos.
ResponderEliminarMe alegra saber que no es patrimonio exclusivo, Luis.
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