domingo, 29 de abril de 2012

Toda una vida detrás ...


Caserío Gartziene

La tarde del pasado viernes me dirigía hacia la zona de minas situada en Oiartzun, al pie de Aiako harria. Como siempre, me acompañaban mis artilugios fotográficos, dispuesto a dar un paseo y sacar unas fotos si se daba el caso.

Atravesaba el barrio de Alzibar cuando atrajo mi atención una curiosa fachada de caserío. Pensé que a mi regreso debía observarla con más atención. He pasado por ahí en infinidad de ocasiones camino de Artikutza y nunca me había fijado en ella.

El resto de la tarde no conseguí quitármela de la cabeza, así que, antes de que empezara a oscurecer, tomé el camino de regreso.

Aparqué el coche, cogí la cámara y me dirigí andando hacia la casa. Es curioso las cosas que se te ocurren en ocasiones simplemente observando con atención lo que tienes delante de tus ojos.
La fachada en mal estado, el cúmulo de tiestos, plantas, sillas y otros objetos variados absolutamente cubiertos de un polvo gris, produjo en mi cierta ternura.


Esa fachada refleja toda una vida.
Si ésta se muestra así, imaginé que el interior podía ser una enorme colección de objetos acumulados  que resisten el paso el tiempo ayudando a mantener vivos recuerdos del pasado que añoramos y herencia de la que algunas personas se niegan a desprenderse.
Disparé varias veces con una cierta sensación de vergüenza. Me parecía invadir la intimidad de alguien.

Como ya he dicho, una pátina de polvo gris lo cubría todo haciendo que los objetos depositados mostraran únicamente ligeros matices de color.
Así que he trabajado la foto para reponer esos colores aplicándole a la vez un filtro flou con la intención de lograr una sensación más cálida y evocadora de otros tiempos.

1 comentarios:

  1. Sí! ya sé que casa es.... la verdad es que es digna de observar un buen rato.
    La fachada en si parece un museo, jajaja.
    Saludos, Iñaki

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